¿Qué hacer para saber si estamos expuestos a niveles altos de electrocontaminación?
Únicamente realizar una medición con los equipos adecuados para determinar los niveles de electrocontaminación a los que estamos expuestos.
No obstante lo anterior, hay signos que podemos detectar y que nos alertan de una sobreexposición:
1- Levantarnos por la mañana con la sensación de cansancio, a pesar de haber dormido las horas suficientes.
2- Dificultad para conciliar el sueño sin motivo aparente y desvelarnos varias veces durante el periodo nocturno de sueño.
3- Irritabilidad de forma continua y sin motivo aparente.
4- Sensación prolongada de decaimiento y pérdida de vitalidad.
5- Dolores musculares o articulares de forma generalizada en todo el cuerpo.
Ciertamente son síntomas que todos podemos observar en algún momento de nuestra vida. Sin embargo cuando perduran en el tiempo, podrían estar originados por unos altos niveles de electrocontaminación en el dormitorio o en el lugar de trabajo.
¿Qué podemos hacer para prevenir un impacto negativo en nuestra salud?
Si se ha realizado una medición, la solución consiste en determinar de dónde proviene la fuente de emisión y aplicar las medidas correctoras, las cuales van desde simples desconexiones internas nocturnas a pinturas apantallantes en función de su origen.
Si todavía no se ha hecho una medición profesional en los espacios afectados, podemos hacer las siguientes comprobaciones :
1- Bajar el automático del cuadro de la luz del dormitorio, comprobando previamente que no sea el mismo al que está conectado el frigorífico. Así estaremos exentos de baja frecuencia proveniente de la instalación eléctrica de la casa, durante la noche de radiación.
2- Apagar el WiFi cuando nos vamos a dormir.
3- Si tenemos un teléfono inalámbrico en el dormitorio, desconectarlo durante la noche o sustituirlo por uno fijo o antiradiación.
4- Si dormimos con el teléfono móvil en el dormitorio, ponerlo en modo avión y por supuesto evitar dejarlo debajo de la almohada, ya que sus materiales y componentes generan un campo magnético que interfiere con las frecuencias cerebrales.
6- Tomar una ducha, porque su efecto hace la función de toma a tierra y nos descarga. Si nos encontramos en nuestro lugar de trabajo, poner las manos bajo el chorro de agua del grifo del baño, cuantas veces sea necesario.
7- A poder ser, caminar descalzos por el jardín o por la playa. Nos conecta a tierra directamente y nos ayuda a descargar la tensión acumulada en el sistema nervioso.
Estos son algunos puntos a tener en cuenta, iremos aportando más…
“Aprender a relacionarnos con los Campos Electromagnéticos que nos rodean y que nos habitan nos ayudará a disfrutar de una mejor calidad de vida”
Rosa Garzón, Especialista en Salud Geoambiental